Virgen de la Paz
Los orígenes de la Virgen de la Paz se remota
probablemente al siglo VII, asociado con San Ildefonso de Toledo (606-667), un
arzobispo de Toledo, España, destacado por su devoción a la Virgen María.
El nombre del monumento, del lugar y de la Virgen hace referencia a la leyenda de su aparición. En el cerro llamado Peña de la Virgen, según cuenta la leyenda, fijada a finales de los años 1550, apareció la imagen de la Virgen María a varios vecinos del pueblo de Carmona.
Con facciones muy originales y un gran ánimo de juventud, la joven aparecía caminando por las tardes a comprar velas para su lumbre, y fue en una pulpería donde unos hombres le preguntaron: “¿Por qué anda sola?” y ella les respondería: “Sola no, sino con Dios, el sol y las estrellas”.
Otra versión de la respuesta es: “Hijos no se les olvide que ando con Dios, mi protector”. Al seguirle los pasos, los vecinos observaron que se ocultó entre una roca y de inmediato comenzaron a observar algunos destellos en la peña y descubrirían entonces de que no era una joven mortal que vivía en la comunidad, sino que era la Bienaventurada Virgen María.
Keilimar Morales
Keilimar Morales
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